martes, 5 de junio de 2012

beth hart


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Beth Hart es actualmente una de las voces más poderosas y sentidas de la música estadounidense. Su talante excesivo en el escenario puede hacer llorar a los niños de puro pánico, pero quienes tienen sangre en las venas normalmente lloran de emoción. Beth Hart es ante todo una grandísima intérprete de directos que se suele hacer acompañar de baterías demoledoras, bajos contundentes y guitarras trepidantes como cataratas de cuchillos, al lado de los cuales su voz es un prodigio de sensibilidad, elasticidad y potencia. Aunque sus mayores éxitos los ha cosechado como intérprete de baladas pianísticas, que parecen un palo obligado en ese país de contrastes, su vertiente más memorable en mi opinión, y digna de figurar en este blog, es la de cantante de blues rock. Casi todo lo que hace Hart son versiones, y en mi opinión las borda. Como muestra vamos a empezar con una interpretación brutal del clásico de Sam Cook A Change is Gonna Come. Quien conozca la inolvidable versión de Tina Turner y Robert Cray verá cierta influencia en la interpretación de Beth Hart, que para esta versión (con gran acierto) se hace acompañar de un contrabajo que llega al alma.


Está claro que si hay que hablar de influencias, la más obvia es la de Janis Joplin, y no fue desde luego casualidad que la eligieran a ella para interpretar a la mártir tejana en el musical Love, Janis, estrenado en 2001. En el siguiente vídeo podemos verla desgañitarse como su maestra en uno de sus temas originales más conocidos, Am I The One, del album Inmortal (1996). También resulta bastante evidente la influencia de Led Zeppelin, y para este tema en concreto, de Since I've Been Loving You.



Conociendo el bagaje de esta artista, sorprende que sea tan poco conocida en España a pesar de llevar 20 años dando conciertos por el mundo. De hecho, se puede decir que se encuentra en una etapa de madurez profesional en la que domina muy bien la técnica, tanto vocal como escénica, y sabe elegir lo que canta y de quién se hace acompañar. Uno de los recursos que ha sabido aprovechar a lo largo de su carrera es el efecto “potenciador del sabor” que tiene la presencia de un buen guitarrista y en especial de los solos prolongados que alargan la canción y allanan el terreno para su irrupción desgarrada al final de los temas, que en los conciertos provoca orgasmos colectivos (musicales). Es curioso cómo lo que parece pura espontaneidad no lo es tanto cuando se comparan varias versiones del mismo tema en conciertos diferentes en las que lo que parecen brillantes arrebatos improvisados en realidad son brillantes ingredientes muy estudiados que coloca exactamente donde mejor efecto producen. También su presencia física se ha ido concretando con el paso del tiempo en una imagen de chica malota de instituto quizá con la intención de resaltar su perfil rockero y de seducir al público masculino por algo más que su voz. Como muestra este vídeo en el que se arrastra por el escenario como un súcubo sediento de semen en un tema guitarrero clásico o esta otra, del mismo tema que acabamos de escuchar, en la que casi provoca la asfixia por silicona de una pobre fan.

Para terminar tengo que recomendar su último disco, Don’t Explain, que realiza en una afortunadísima colaboración con el gran guitarrista Joe Bonamassa. La selección de temas es excelente. En este post en español se hace una crítica muy útil del álbum completo. Se pueden oír todos los temas originales en Youtube, pero yo me voy a quedar una vez más con una versión en vivo, en este caso, de la vieja canción de Etta James I’d Rather Go Blind. La interpretación original de Etta James es conmovedora, pero la de Beth Hart y Bonamassa es de esas canciones que nos hacen maldecir el paso del tiempo y nos recuerdan que las heridas del corazón nunca se cierran. Quien no se emocione con esto, que se lo haga mirar.



Por último recomendaría echarle un vistazo a algunas versiones muy correctas que hace de varios temas clásicos y no tan clásicos, como ésta de Soul Shine, de Warren Haynes, ésta de Whole Lotta Love, de Led Zeppelin, o ésta de Your Hearth is as Black as Night, de Melody Gardot.